
Camina un paso a la vez…prepara tu día, planifica, trabaja para ti. Planifica tu día. Averigua a que hora quieres terminar las cosas en tu día y planifica.
Levántate y pídele al Espíritu Santo que dirija tu día. Que tenga cuidado de ti y de los tuyos. Que tenga control de lo que vaya a ocurrir durante el día.
Abre las puertas de tu corazón. Deja salir del closet de tu corazón donde tienes escondidos esos recuerdos. Perdónate a ti misma y los que te hicieron daño. No pierdas un solo día más, liberate y perdona.
Cuando hoy en la noche apagues la luz, centra tus pensamientos en lo que deseas lograr para el Señor. Piensa en toda la vida que puedes recuperar al al perdonar. Al levantarte temprano en la mañana y dedicarle los primeros minutos de tu día al Señor.
El tiempo que pasas orando y planificando tu día con la ayuda de Dios te da un plan maestro que da resultado. Ponte en Marcha!
Somos parte del plan de Dios. Tenemos un rol importante. Tenemos que levantarnos y terminar la parte incompleta del plan de redención llenos del Espíritu Santo.
Valora tu día. Usa tus dones y talentos para la gloria de Dios. Añade urgencia a tu vida y dedicate cada día a caminar un día a la vez en el plan de Dios. Solo un día es todo lo que necesitas para empezar.