
¿Sabía que cuando has perdido la tranquilidad, tú tienes el poder de recuperarla? Cada vez que descubras que estás preocupado, inquieto o ansioso por algo, cuéntale el problema a Dios a través de una oración sencilla y sincera, piensa a propósito en algo que es bueno en tu vida. La preocupación es completamente inútil. Te desgasta mental, emocional y físicamente y no mejora tu problema en lo absoluto.
La tranquilidad es valiosa y es verdaderamente imposible disfrutar de la vida sin ella. Busca y persigue la paz que es tuya a través de Jesucristo. No te dejes engañar creyendo que no puedes evitar lo que piensas, porque absolutamente puedes hacerlo. ¡Puedes cambiar de opinión sobre cualquier cosa! Practica el pensar “a propósito” en lugar de ser pasivo simplemente esperando a ver qué pensamientos caen a tu mente.
Puedo compartir contigo que yo experimento las mismas batallas mentales que tienen muchas personas y tengo que practicar a propósito tener paz. Eres un hijo de Dios, y Su paz está en ti. Te recomiendo que comiences a reconocer las cosas que te están robando la paz y lidiar con ellas para que ya no puedan atormentarte.
Oración:
Padre, te amo mucho y quiero disfrutar de la tranquilidad. Sé que la preocupación es inútil, pero a menudo lo hago y lo siento. Haz una obra en mí y enséñame a confiar en Ti lo suficiente como para disfrutar de Tu paz en todo momento.
Devocional: Mi tiempo con Dios
Por: Joyce Meyer