Devocional Mejor Juntos:Creando relaciones amorosas y duraderas
Rick Warren
La empatía es muy importante porque satisface dos de nuestras necesidades más profundas: la necesidad fundamental de ser entendido y una gran necesidad de que nuestros sentimientos sean validados.
¿Cómo se convierte uno en una persona empática?
1. Disminuya la velocidad. Debido a que nuestra cultura nos enseña a avanzar rápido, terminamos echando una ojeada a nuestras relaciones. Eso significa que usted toca sólo los puntos principales y olvida todo tipo de detalles en la vida de las personas que más le importan. Santiago 1:19 dice: “todos ustedes deben ser rápidos para escuchar, lentos para hablar y lentos para enojarse” (NTV).
2. Haga preguntas. Proverbios 20:5 dice: “Los pensamientos secretos son como aguas profundas; el que es inteligente los conocerá” (NBV). La mayoría de las personas se guarda sus emociones y no comparte automáticamente cómo se siente. “Estoy bien” es la respuesta estándar, pero eso no dice realmente cómo se sienten.
Si pregunta: ”¿Cómo estás?” y la otra persona dice: “Estoy bien”, así es como se obtiene una respuesta más reveladora. Aprenda a hacer la pregunta dos veces. Así es como se desarrolla empatía. Haga una pausa y diga: “No. ¿Cómo estás realmente?”.
La otra cosa que debe hacer es aprender a quedarse ahí. Eso significa que no tenga miedo al silencio. Solo permanezca en el momento, haga la pregunta y no tenga miedo de sentarse ahí y esperar. No vaya inmediatamente a su orden del día. Solo escuche y aprenda.
3. Muestre emociones. La Biblia dice en Romanos 12:15: “Alégrense con los que están alegres; lloren con los que lloran” (NVI). La empatía es más que decir: “Lamento que estés lastimado”. Es decir: “Me conduelo contigo”. Está dispuesto a llorar con ellos, y a alegrarse con ellos.
Hay una sola forma para ser empático: manténgase lleno de Dios. Si su tanque se vacía de Dios, usted no va a ser empático en absoluto. Tiene que mantenerse lleno de Dios.
“En fin, vivan en armonía los unos con los otros; compartan penas y alegrías, practiquen el amor fraternal, sean compasivos y humildes” (1 Pedro 3:8 NVI).